Y volví.
No por el hecho de volver en sí, sino más bien por hecho de demostrar (demostrarme) que no había tal cosa como el arrepentimiento.
Viví.
Viví como si fuera la única cosa que podía hacer, simple improvisación.
Amé.
Mejor no hablar de ciertas cosas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario