jueves, 28 de abril de 2016

Fortuna.

Dichosa de sentirme así.
Entre tanta gente, tantas vidas, coincidir en el sentimiento.
Él me eligió y yo lo elegí.
¡Y que fortuna! Que haya sentido lo mismo que yo.
Sabiendo que si se apaga no nos volveremos a cruzar, salvo alguna jugada del destino.
Y me quiere aún cuando ni yo me quiero. Y eso es algo tan malditamente perfecto.
Me mal acostumbro a su belleza, hasta que lo miro reírse. Me derrito.
¿Y si él es mi recompensa a malos amores del pasado?
¡Benditos sean los corazones rotos!
¡Bendito él por repararlo!
Somos tan distintos, pero no me importa, escuchar horas sobre música e instrumentos porque a él le gusta aunque yo no entienda nada, él me pregunta sobre libros con sincero interés, porque sabe que me apasiona. Le apasionan mis pasiones, porque son mías.
No quiero que lo entiendan, ni que lo descubran, porque eso es mío. Esos momentos son míos. Sólo quise escribir sobre él porque recordé mi fortuna. Y no hay un día desde que lo conocí que no me despierte pensando en él, y no me acueste pensando en él. Y estoy segura que a él desde hace tres años, le pasa lo mismo. No todas las historias de amor son iguales, no todos los amores son iguales, pero estoy tan contenta que esta historia, su historia sea mía.
"Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestro" dijeron en una serie que me gusta. Y aunque siempre sea un rato,mil años o mil segundos, él me cambió y me gusta mi suerte.

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